En una reunión virtual de un grupo juvenil, un chico entró un poco tarde. El joven, que aún se vestía, dejó ver parte de su cuerpo, y una de las chicas asistentes comentó en el chat público: “Wow, qué bien te ves; deberías abrir una cuenta en OnlyFans”.
El comentario llamó la atención de los encargados de la formación, así como a sus compañeros. Varios, sin saber de qué hablaba la chica, rieron. Los que sabían de qué trataba el comentario encendieron una alarma de preocupación.
La pandemia, el confinamiento y la necesidad constante de conexión a las pantallas como único medio de contacto social ha dado un nuevo poder a las redes sociales y sitios de pago por entretenimiento tales como Netflix o HBO.
La red ofrece una gran gama de ofertas para pasar el tiempo, no solo juegos o sitios para ver series y películas. Hay un mundo que cada día deja de ser oculto para pasar a las filas de la normalidad. Hablamos de redes sociales para consumir contenido erótico, chats públicos y redes para encontrar pareja.
Son muchos los nombres que podría mencionar aquí, pero nos concentraremos en dos, que están de moda y al alcance de los jóvenes.
Omegle, lanzado en 2006, ofrece un espacio online para chatear con personas de intereses similares en cualquier parte del mundo. Permite entrar de forma anónima, sin necesidad de registro.
Un sitio que no ofrece registro es un punto fuerte para despertar desconfianza. El registro ofrece algún tipo de seguridad. Omegle asegura que monitorea los chats y videos para tener un cierto control en los contenidos, pero esa vigilancia es sorteada. En definitiva, al usar estos chats el usuario no tiene idea real de con quien habla, cuales son sus intenciones ni lo que se puede llegar a hacer con los chats o videos.
Onlyfans ofrece videos y escenas para público adulto, sin ninguna censura en el contenido. Los profesionales de la pornografía, modelos y cualquier persona que quiera usar la plataforma han encontrado un nicho en el que pueden ganar mucho dinero mostrando su cuerpo. El servicio ha tenido éxito entre los jóvenes que buscan beneficio monetario.
Estas redes están circulando de forma natural entre los jóvenes como la marca de moda o el tema común del día. Es momento de poner atención al contenido que ellos consumen, a los temas compartidos con sus amigos, a las apps que descargan en su celular. La presión social por seguir tendencias es muy fuerte, por ello el acompañamiento es vital.
Por lo general los papás no estamos tan enterados de todo lo que hay en este mundo virtual. Vemos un ícono descargado en el celular de nuestros hijos que no nos dice nada.
Nunca antes como ahora es importante estar informados, hablar con los hijos adolescentes y poner atención a sus actividades con las pantallas. Formar el criterio en los muchachos es vital para que puedan gestionar su vida digital de forma responsable y edificante.
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