Identificar lo “tóxico” en las relaciones amorosas es esencial para el bienestar emocional. Identificar lo “tóxico” en las relaciones amorosas es esencial para el bienestar emocional. Expertos como Evelyn Figueroa, psicóloga y máster en psicología clínica cognitivoconductual, explican que la toxicidad se manifiesta en comportamientos que amenazan la integridad y salud de los involucrados. 

La psicóloga Figueroa destaca que lo “tóxico” abarca todo lo que es perjudicial o amenazante para la integridad y la salud. En el contexto de las relaciones, esto se manifiesta como una dinámica disfuncional, donde el malestar y la inestabilidad coexisten con una dependencia emocional que dificulta la ruptura.

En algunas relaciones es más complejo identificar la toxicidad del vínculo porque existen momentos de mucha felicidad y complicidad, pero esto no las hace saludables, vivir en un alto y bajo constante no puede considerarse amor. A veces es difícil diferenciar este tipo de relaciones porque se considera al otro “buena persona”, pero lo que es malo o insano es la forma en la que se relacionan con el “amado”.

Signos “tóxicos”
Las características de una relación “tóxica” pueden ser muy variadas, pero entre las más comunes están: verticalidad de la relación, donde uno de los dos posee el control o la autoridad; necesidad continua de aprobación; descalificación del otro; sentir continuamente que la relación está en la cuerda floja; sobreprotección; aislamiento del entorno; ansiedad y estrés constante debido a la relación.

El término relación abusiva es alarmante y difícil de aceptarla, sin embargo, una relación abusiva definitivamente es una manera de relacionarse de forma “tóxica”, aclara la especialista, y es que se puede desencadenar diversas manifestaciones abusivas y violentas en la relación. “A pesar que algunas "veces dichas" manifestaciones pueden pasar desapercibidos en primera instancia, debido a la idealización del amor romántico, donde los celos, el control constante sobre el otro, o la sobreprotección, por ejemplo, se consideran manifestaciones de amor. En este sentido es importante visibilizar que los comportamientos abusivos no necesariamente implican violencia física, a veces pueden ser conductas sutiles, disfrazadas de preocupación o amor por el otro”, enfatiza la licenciada Figueroa.

Un caso real es el de Daniel y Carolina (nombres ficticios) quienes tuvieron un relación de 5 años, caracterizada por discutir frecuentemente, ponerle fin a la relación cada vez que peleaban y reconciliarse. Un actuar cíclico y repetitivo que minaba su relación. En la mayoría de las veces Daniel intentó terminar definitivamente, pero Carolina lo buscaba, con afirmaciones como “eres el amor de mi vida, no puedo vivir sin ti” “jamás voy a encontrar a alguien como tú” “si terminamos no podré ser feliz nuevamente”. Haciendo sentir a Daniel responsable de la felicidad de su pareja. Este sentimiento imposibilitaba que pusiera un fin definitivo. Daniel pudo terminar esa relación “tóxica” solo al darse cuenta de que él no era
responsable de la felicidad de su pareja y de aceptar que no era lo que él quería vivir.

Casos como el de Daniel son comunes, dañando el concepto del amor que se da en una relación de pareja. El papa Francisco invita en la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia a tener un concepto en el que “el amor confía, deja en libertad, renuncia a controlarlo todo, a poseer, a dominar. Esa libertad, que hace posibles espacios de autonomía, apertura al mundo y nuevas experiencias, permite que la relación se enriquezca y no se convierta en un círculo cerrado sin horizontes”. Experimentar un concepto del amor erróneo, como el de las relaciones “tóxicas” hace que los personas, especialmente los jóvenes vean normal una relación de pareja abusiva.

Ayuda para escapar
Según la licenciada Figueroa puedes salir de una relación nociva realizando estos ejercicios:

Llevar un diario de tus emociones. Todos los días, anota cómo te hace sentir tu relación y qué emociones experimentas. Intenta identificar y nombrar lo que sientes, y explica cuán intensamente lo sientes. Escribir te ayudará a entender mejor tus pensamientos y sentimientos.

Inicia el camino del autodescubrimiento. De forma paralela a tu diario emocional, será sano entender qué quieres y qué no, cuáles son tus intereses reales, cuáles son tus límites, tus no negociables en las relaciones interpersonales. Mirar hacia dentro puede ser incómodo, doloroso y solitario, pero huir de nosotros mismos es el camino opuesto al bienestar.

Pedir ayuda. Habla, si te identificas con todo lo que has leído, y no te han funcionado tus propias estrategias, habla. No te calles. Muchas personas que están en una relación “tóxica” sienten vergüenza por haberse permitido llegar hasta allí. Recuerda que las personas fuertes son las que se permiten ser vulnerables, las que reconocen sus dificultades y están dispuestas a afrontarlas.

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