En la adolescencia, los hijos cambian. Por tanto, deben cambiar también los padres.La adolescencia es un período de crisis, más para los padres y madres que para los hijos e hijas. Comienza cuando los hijos manifiestan a sus padres que ya no tienen necesidad de ellos: " ¡Es asunto mío!", dicen presumiendo.

Los muchachos, estos nuestros jóvenes filósofos, sentencian : "El asunto es si yo todavía necesito que mis padres intervengan en estas cosas". Cuando los hijos hablan así, no están tocando las trompetas de la revolución: sencillamente recuerdan a su padres, con buena intención, que ha llegado el tiempo de retirarse de la línea del frente para iniciar una etapa distinta de la vida en común. Cuanto más tiempo tarden los padres en comprenderlo, más fuerte harán oír su voz los hijos. La educación no es una estructura estática, sino algo que crece y se desarrolla, que va madurando.

Escuchar y ver con el corazón. “¡Sé bueno!” era una frase habitual de los padres, madres y abuelos y abuelas, hoy fuera de moda. Pero ¿cuáles son las cualidades indispensables para “ser buenos “?

 

Una historia de los indios de América cuenta que, durante un año de mucha hambre, una abuela conversaba con su nieto. La abuela, pensativa, dice: “Dos lobos están luchando en mi corazón: uno es rabia, odio y violencia; el otro es amor, compasión y perdón”. - “¿Y cuál vencerá, abuela?”. -”Aquel a quien yo dé de comer”. 

eddbCientíficos, investigadores y médicos, utilizan instrumental de funcionamiento análogo a los videojuegos y obtienen resultados sorprendentes. Hay quien utiliza el joystick y el video tridimensional en algunas intervenciones quirúrgicas. Saberlos manejar constituye también un formidable título de presentación profesional.

Los videojuegos forman parte de la cultura contemporánea. Son una realidad que debemos tener muy en cuenta, con infinitas posibilidades que aún no han sido completamente aprovechadas. Por eso, es indispensable encuadrar los videojuegos en un proyecto educativo y de vida. Como es fácil intuir, la parte “juego” de estos videos presenta posibilidades muchas veces inadvertidas o subvaluadas.

Un ser viviente tiene enormes capacidades de crecimiento .::. Foto:J. IbáñezDedicarse a la jardinería significa aprender el arte de cultivar la vida. No sólo la de las plantas, sino también y sobre todo la de nuestra familia y la de nuestros hijos e hijas, que pueden despuntar como una flor, nutrida por los cuidados amorosos y por el poderoso fertilizante de la reflexión.

Concretamente, dedicarse a la jardinería significa:

Tener un proyecto
No hay nada mejor que contribuir al brotar de la vida. ¨ Dar la vida  es algo que llena la existencia de satisfacción y felicidad. Una planta no es ni buena ni mala: por encima de todo, quiere apasionadamente vivir. Pero, sin un proyecto definido, no sucede nada. En la existencia, como en la jardinería, tenemos necesidad de saber la dirección que queremos seguir. En efecto, para ser feliz es necesario antes que nada quererlo y esto debe convertirse en un objetivo prioritario y consciente. Sólo cuando establecemos los objetivos y aceptamos todo lo que supone conseguirlos, nos damos cuenta de que nuestras existencias se transforman. Una vez establecidos los objetivos, hay que hacer con ellos una lista bien visible, para poder llevarlos positivamente a  término.

Conquistar la capacidad de convivir, eliminando las causas de la agresividad.La conquista más grande de la sociedad debería ser la capacidad de convivir. Pero aún estamos lejos de esta meta. Nos descubrimos dolorosamente influidos por la violencia, física o verbal: por la calle, en la política o en nuestro lugar de trabajo, en el descanso de la escalera e incluso en nuestra propia casa.

En la televisión y en Youtube, la violencia es un espectáculo cotidiano, tanto que alguien comienza a pensar que la agresividad es un instinto de los seres humanos. Si esto fuera verdad, sería imposible eliminarla. En realidad la persona humana puede tomar decisiones diametralmente opuestas a lo que definimos como instinto. Por tanto, la agresividad, raíz de casi todas las formas de violencia, puede ser eliminada.

El juego es un extraordinario instrumento para el aprendizaje.“La amistad es un fruto que madura lentamente”, dijo Aristóteles. Por tanto, es una realidad que puede ser sembrada y cultivada. Los padres pueden hacer mucho para ayudar a sus hijos a ser sociables, a convertirse en personas capaces de tener relaciones constructivas y satisfactorias con los demás.

La amistad es un recurso indispensable para el crecimiento armónico de los hijos. Es impensable no utilizarlo o desaprovecharlo: las consecuencias podrían ser muy graves. Pero es un recurso que, especialmente en estos tiempos, tiene que ser orientado y acompañado.

Los hijos y los amigos
Ignorar lo que ocurre entre los propios hijos y sus amigos es dejar de lado una parte fundamental de sus vidas desde los primeros años. Las relaciones con los pares son fundamentales para el desarrollo armónico de la personalidad. Ayudar a los hijos a cultivarlas desde pequeños, poco a poco, es enseñarles a ir componiendo el rompecabezas  de su identidad e ir fortaleciendo los instrumentos sociales indispensables para todas las formas de convivencia futura.

educardb1Aprender a hablar y aprender a expresarse es un arte necesario para el buen crecimiento de los hijos e hijas. Pero hoy quiero hablar de un arte todavía más difícil y más decisivo: el arte de socializar.

Desde el comienzo de su existencia, y aún sin saberlo, los niños van construyendo su propia actitud de socialización. Aunque no tengan todavía las ideas claras y carezcan de la necesaria autonomía, cada uno de ellos la va desarrollando o limitando de acuerdo a los estímulos o condicionamientos que les toca ir enfrentando. En esa experiencia, la familia se juega buena parte de su credibilidad.