Ciudad de Panamá, abril 2025. – En el contexto del Año Santo Jubilar 2025 “Peregrinos de Esperanza”, la comunidad de la Basílica Don Bosco celebró con gran fervor el Triduo Pascual, centro del misterio cristiano: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
Jueves Santo: el amor hecho servicio
El Triduo comenzó con la Misa de la Cena del Señor. El gesto del lavatorio de los pies, vivido con emoción y recogimiento, recordó que el amor verdadero se manifiesta en el servicio. La homilía invitó a los fieles a vivir como discípulos de esperanza, sirviendo al prójimo con humildad, al estilo de Jesús.
Viernes Santo: la cruz que da sentido
El día inició con un Vía Crucis meditativo por el templo, con gestos simbólicos que conectaban la Pasión de Cristo con la vida cotidiana, con una vela, una cruz, una imagen o una breve dramatización acompañaban la reflexión. Por la tarde, la Liturgia de la Pasión se vivió con solemnidad, en un ambiente austero y silencioso. El mensaje fue claro: la cruz no es derrota, sino esperanza conquistada, y estamos llamados a abrazarla con fe.
Sábado Santo: la luz que renueva
La Vigilia Pascual se celebró con intensidad espiritual. El fuego nuevo, el Pregón Pascual y la renovación del bautismo marcaron el paso de la oscuridad a la luz. La homilía destacó que este Año Jubilar es un llamado a renovar la vida interior y a ser testigos auténticos del Resucitado.
Domingo de Pascua: testigos de la vida nueva
La Pascua culminó con una celebración llena de gozo. Con cantos y expresiones de fe, se proclamó con alegría: “¡Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado!”. La comunidad fue enviada a ser testigo viva de esperanza en un mundo que anhela la luz de la Resurrección.