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Recordar a los difuntos no es un acto de tristeza, sino una manifestación de amor y comunión espiritual, que une a la Iglesia terrenal con la celestial, fortaleciendo en cada creyente la certeza de que la muerte no es el final, sino el encuentro definitivo con Dios. Ciudad de Panamá, noviembre 2025. – La Basílica Don Bosco se llenó de recogimiento y oración durante la conmemoración de todos los fieles difuntos, jornada en la que numerosos feligreses acudieron para honrar la memoria de sus seres queridos que descansan en las Criptas de la Basílica y que se encuentran en la paz del Señor. Desde tempranas horas de la mañana, se celebraron las Santas Eucaristías en el horario dominical habitual, donde se elevaron oraciones por las almas de aquellos que ya habitan en la Casa del Padre.

En su homilía, el padre Manuel Gómez, SDB, destacó el verdadero sentido cristiano de esta celebración, recordando que “la meta de la vida no es la muerte, sino Dios”. Asimismo, invitó a los fieles a vivir este día con esperanza y fe, afirmando que “el dolor por los difuntos no debe ser desesperación, sino esperanza confiada; creemos que ellos viven ya en Cristo resucitado, y si Cristo vive, también ellos viven”. Las palabras del pastoralista de la obra resonaron profundamente entre los asistentes, quienes participaron con fervor en las oraciones y visitaron las criptas de la Basílica, donde reposan las cenizas de muchos de sus seres amados.

Esta conmemoración reviste una gran importancia en la vida de los cristianos, ya que invita a renovar la fe en la vida eterna y a mantener viva la esperanza en la promesa de la resurrección.


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