Sentirse orgulloso de uno mismo. La vida es difícil porque hay un montón de factores incontrolables que pueden destruir nuestros sueños. No hay ninguna seguridad de que alcanzarás todo lo que quieres. Pero no te sientas mal: existe una garantía interior de que, pase lo que pase, puedes actuar de tal forma que siempre termines estando orgulloso de ti mismo. Siempre puedes estar orgulloso de tu comportamiento.

 

No siempre el resultado de tu comportamiento será exitoso. Es una ilusión de Hollywood pensar que todo terminará siempre bien; que los buenos van a ganar y los malos van a perder. Este mundo no es así. De hecho, muchas cosas salen mal y no depende de ti ni de mí.
¿Cómo hago para vivir en paz, si las cosas que quiero están sujetas a decisiones de otras personas, y eso me pone en una situación de vulnerabilidad?
Bueno, hay algo en ti que te hace invulnerable. Algo que escapa de la decisión de cualquier otra persona. Me refiero tu capacidad de elegir comportarte en armonía con los valores morales y de acuerdo con tu conciencia.
Tú puedes estar siempre orgulloso de ti mismo. Puedes comportarte de tal forma que, aunque pierdas el partido, estás satisfecho por la manera como jugaste. Y eso lo puedes hacer siempre: Actuar en integridad con los valores morales es algo que nadie te puede impedir. Lo han demostrado muchos presos políticos de gobiernos dictatoriales al servicio de ideologías ateas. Actuar en integridad con los valores morales es la fuente de la felicidad más profunda. Y esto siempre depende de ti y solo de ti.
La gente que vive feliz porque le han ido bien las cosas de esta vida, no se da cuenta de que le ha ido bien hasta hoy. Pero eso puede cambiar en cualquier momento sin que dependa de él.
Por suerte o, mejor dicho, gracias a Dios, hay una fundamentación mucho más profunda para conseguir nuestra felicidad. Y es la posibilidad de actuar en armonía total con los valores. Eso es algo que nadie te puede impedir y consigue que te sientas bien contigo mismo. Por supuesto para ello es necesario creer en y practicar estos valores: amor, amabilidad, libertad, búsqueda de la verdad, apego a la justicia, fidelidad, respeto, dominio de sí, fe, etc.

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