Soy Cruz Mario Cáceres Guillén, tengo 73 años, 49 de casado, cinco hijos y 12 nietos. Mi nieta mayor tiene veinte años y la menor tiene cuatro.
La diferencia entre ser papá y abuelo es que los padres tienen más deberes, los abuelos solo estamos para disfrutar. A los papás les toca corregirlos y al abuelo consentirlos.
Lo que más disfruto de mis nietos son sus ocurrencias y sus muestras de cariño, sus abrazos, son muy espontáneos, también cuando acuden a mí para pedirme algo.
Yo espero que mis nietos sean buenos cristianos porque un buen cristiano todo el tiempo es feliz. En las adversidades, en lo bueno y en lo malo, si uno es buen cristiano, es feliz.
Hasta que mis hijos sean abuelos van a decidir cómo serán. Tienen que consentir a sus nietos como yo he consentido a los míos. Dios los irá iluminando en ese momento.
Ser abuelo es lo mejor para mí, gracias a Dios. Cuando cumplí 40 años me vi en un espejo y me sentí feliz. Todos los momentos de mi vida han sido felices. Hoy a mis 73 no digo que quisiera volver al pasado, ya que disfruto ser abuelo en este momento.
Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 254 Noviembre Diciembre 2021
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