Los grupos juveniles en las parroquias salesianas no son solo espacios de encuentro y convivencia; son fundamentales para transmitir los valores y principios que Don Bosco promovió. En este artículo, exploramos el papel e importancia de estos grupos, sus actividades, metodologías y los desafíos que enfrentan, con el aporte de dos sacerdotes que lideran esta labor.

El papel de los grupos juveniles en la Parroquia Salesiana según el padre Jean Paul Betancourt Abrams, SDB, encargado del Movimiento Juvenil Salesiano, MJS, a nivel inspectorial y pastoralista en el Centro Don Bosco de San Isidro en Costa Rica, los grupo juveniles son la "punta de lanza" del liderazgo y las vocaciones dentro de una Parroquia Salesiana. Estos grupos representan lo más vivo del carisma salesiano, ofreciendo a los jóvenes un espacio donde pueden desarrollar su liderazgo y vocación en un entorno de alegría y espiritualidad juvenil.

El padre Betancourt enfatiza que más allá de principios y valores específicos, lo que guía a estos grupos es la espiritualidad juvenil salesiana, un proyecto espiritual que se vive a través de cinco elementos esenciales: estar siempre alegres, con Cristo, en la iglesia, para el mundo y con María. Esta espiritualidad se concreta en diversas actividades y grupos que varían desde el asociacionismo juvenil hasta el MJS, cada uno con sus propias características y estructuras.

Por su parte, el padre Gabriel Romero, SDB, Delegado Inspectorial de Pastoral Juvenil, explica que la pastoral juvenil salesiana se organiza en sectores y ambientes: animación vocacional, animación de la opción preferencial, parroquia, escuela y universidad. Dentro de este esquema, los grupos juveniles se identifican como parte del MJS cuando poseen una identidad salesiana, centrada en Don Bosco y María Auxiliadora.

Para todos

Las actividades realizadas por los grupos juveniles son variadas y buscan responder a las necesidades de los jóvenes. Entre ellas se incluyen grupos de música, acólitos, y otros tipos de asociacionismo. El MJS, por ejemplo, tiene una estructura específica con procesos y edades que rondan entre los 14 y 28 años. Este movimiento incluye múltiples grupos con diferentes carismas.

La participación en un grupo juvenil influye significativamente en la vida de los jóvenes. Según el padre Betancourt, estos grupos ofrecen un espacio seguro donde los jóvenes pueden descubrirse a sí mismos y a los demás en un ambiente de aceptación y encuentro con Dios. Los grupos juveniles permiten a los jóvenes vivir una experiencia de comunidad que es esencial en su proceso de crecimiento personal y espiritual. 

Unido a esto, en el Movimiento Juvenil Salesiano y los grupos juveniles en general se distinguen por su identidad salesiana, centrada en Don Bosco y María Auxiliadora. Esta identidad es lo que diferencia a los grupos salesianos de otros movimientos juveniles y es el núcleo de su misión y espiritualidad.

Los grupos juveniles en las parroquias salesianas juegan un papel crucial en la transmisión de los valores y principios de Don Bosco. A través de sus actividades y un fuerte sentido de identidad salesiana, estos grupos ofrecen a los jóvenes una experiencia de comunidad liderazgo y crecimiento espiritual.

 

 

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