La Parroquia Salesiana, nacida del carisma y la visión de San Juan Bosco, se distingue como un espacio vibrante y acogedor donde la juventud y la alegría se entrelazan con fe y la envangelización. Fundada con una misión clara de atender y formar a los jóvenes, especialmente a los más necesitados, estas parroquias se destacan por su ambiente dinámico y comunitario.
El propósito de la Parroquia Salesiana nace con San Juan Bosco, quien estableció la primera Parroquia Salesiana en Turín, Italia, con la firme intención de atender especialmente a los jóvenes más desprotegidos. En 1887, Don Bosco redactó un reglamento para el buen funcionamiento de la parroquia, destacando la atención prioritaria a los jóvenes y la identidad salesiana del sacerdote a cargo. Este enfoque ha sido ratificado y reforzado a lo largo de los años en los Capítulos Generales de los salesianos y por líderes de la Iglesia, incluido el papa Francisco, quien en la Exhortación Apostólica Postsinodal "Christus Vivit" enfatiza la atención especial hacia la juventud.“Los jóvenes son el motor de la Parroquia Salesiana. Desde su creación, estas parroquias han sido espacios privilegiados en los que la Iglesia se convierte en un hogar acogedor para adolescentes y jóvenes. Aquí, pueden descubrir sus propios talentos y ponerlos al servicio de la comunidad”.
La Parroquia Salesiana no solo se enfoca en la evangelización, sino también en la formación integral de los jóvenes, brindándoles un entorno seguro y estimulante donde pueden crecer tanto espiritual como humanamente.
Estilo Salesiano
La Parroquia Salesiana entra en la pastoral de la iglesia con una especificidad propia: es un espacio privilegiado de evangelización para los jóvenes, con una opción preferencial y desafiante por ellos en todo momento. Este compromiso de refleja en dos características básicas:
• Presencia de Dios: La Parroquia Salesiana es un espacio donde se busca siempre la presencia de Dios. Esto se logra mediante una vida sacramental activa, la oración constante y la escucha atenta de la Palabra de Dios. Los jóvenes y todos los miembros de la comunidad son animados a vivir una fe vibrante y auténtica, que se manifiesta en sus acciones cotidianas.
• Comunidad Educativo-Pastoral: Todos se sienten responsables del anuncio del Evangelio y del crecimiento de la comunidad. Esta corresponsabilidad incluye a los laicos, quienes colaboran estrechamente con los sacerdotes para crear un ambiente educativo y pastoral que promueve la formación integral de los jóvenes. La educación no se limita a la instrucción religiosa, sino que abarca también aspectos sociales, culturales y recreativos.
Espíritu alegre
La alegría es un rasgo distintivo de la Parroquia Salesiana. Don Bosco creía firmemente que "la santidad consiste en estar alegre”, y este espíritu de alegría impregna todas las actividades de la parroquia. Esta alegría salesiana es contagiosa, naciendo del interior de los jóvenes y adultos que se enamoran del pensamiento y actuar de Don Bosco. Su fervor por salvar almas y su enfoque en la educación y el acompañamiento personal hicieron del Oratorio de San Francisco de Sales un lugar lleno de felicidad, donde se compartían juegos, aprendizaje y evangelización.
El papa Francisco, en "Christus Vivit", también resalta la importancia de los oratorios describiéndolos como lugares donde los jóvenes pueden disfrutar de amistades, música, recreación, deporte, reflexión y oración. Estos oratorios son esenciales para el anuncio persona a persona, una estrategia pastoral única.
Con todo ello, la Parroquia Salesiana tiene una visión clara de atender y formar a los jóvenes en un ambiente acogedor y dinámico. En un mundo que a menudo desafía a la juventud, la Parroquia Salesiana ofrece un refugio y un faro de luz, guiando a los jóvenes hacia un futuro lleno de fe y posibilidades.
PARROQUIAS JUVENILES
La Parroquia Salesiana se diferencia de las parroquias diocesanas principalmente en su enfoque y metodología. Mientras que las parroquias diocesanas tienden a centrarse en una pastoral más general, las Parroquias Salesianas tienen una misión específica y preferencial hacia los jóvenes. La estructura es más flexible y dinámica, permitiendo una mayor adaptabilidad a las necesidades juveniles. Además, la colaboración estrecha con los laicos y el énfasis en la educación y el acompañamiento personal son aspectos que enriquecen la vida comunitaria y pastoral.