La catequesis ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado dio a los apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las personas, enseñándoles a observar todo lo que Él había mandado. Por esta razón, en esta edición queremos invitarte a mirar la catequesis: ese conjunto de esfuerzos para que las personas crean enjesús y que mediante la fe tengan vida en su nombre, y su transformación a lo largo del tiempo, respondiendo a las realidades y retos de cada época.
Ser catequista no es solo un rol, ¡es una vocación! No se trata de enseñar de memoria, sino de guiar a otros a tener una experiencia real con Dios. El catequista es ese amigo cercano, compañero de camino, que transmite y contagia con su vida el mensaje de Jesús. Y como bien dice el papa Francisco, esta es una vocación para personas con corazón grande y generoso, dispuestas a compartir su alegría y su fe con los demás.
También recordamos el gran ejemplo de Don Bosco, quien, tal como Jesús le indicó en el sueño de los nueve años, cuyo bicentenario hemos celebrado este 2024, dedicó su vida a ser educador de la fe de los jóvenes. Para él, la catequesis era la ocasión privilegiada para compartir con los jóvenes la alegría más grande: conocer a Jesucristo. Don Bosco recordaba que la obra salesiana comenzó siendo una simple catequesis.
Finalmente, no podemos ignorar el impacto de la tecnología. Hoy, ser catequista significa estar presente en el mundo digital. Las redes sociales, las aplicaciones y la inteligencia artificial, nos ofrecen nuevas formas de llegar a más personas. Ser un "catequista digital" es un reto, pero también una oportunidad increíble para llevar el mensaje de Jesús a nuevas periferias y fronteras.
Que la lectura de estas páginas, llenas de propuestas y reflexiones, nos recuerden que la catequesis sigue siendo tan relevante como siempre, adaptándose a los tiempos y conectando corazones a través de la fe.