Los diez de Don Bosco: la aventura misionera que llegó a América El 14 de diciembre de 1875 marcó un hecho histórico de la Congregación Salesiana y de la Iglesia en América Latina. Ese día, diez jóvenes salesianos enviados por San Juan Bosco desembarcaron en Buenos Aires, Argentina, dando inicio a la primera expedición misionera salesiana fuera de Europa. Este grupo, compuesto por seis sacerdotes y cuatro hermanos coadjutores, fue liderado por el padre Juan Cagliero, de 37 años, quien más tarde se convertiría en el primer cardenal salesiano.​

Otros miembros destacados de esta expedición incluían al sacerdote José Fagnano, de 31 años, y al sacerdote Domingo Tomatis, de 26 años. Entre los hermanos coadjutores, Vicente Gioia, de 21 años, se destacó por ser el cocinero de la tripulación.

Los otros seis misioneros fueron, el coadjutor Bartolomé Scavini, profesor de carpintería, de 36 años; el padre Valentín Cassini, de 24 años; el padre Juan Bautista Baccino, profesor, de 32 años; el coadjutor Esteban Belmonte, ecónomo, de 29 años; Juan Santiago Allavena, de 19 años; y el coadjutor Bartolomé Molinari, profesor de música, de 23 años. 

A su llegada a Buenos Aires, los misioneros se encontraron con una sociedad en transformación, marcada por la inmigración y la necesidad de atención pastoral y educativa. Su labor inicial se centró en la atención a los inmigrantes italianos y en la educación de los jóvenes, estableciendo escuelas y oratorios que pronto se multiplicaron en diversas regiones del país.

El trabajo de los primeros misioneros salesianos dejó una huella profunda. Gracias a su entrega y compromiso, la misión salesiana pudo crecer en América Latina. En 1897, 22 años después del primer envío misionero, los salesianos llegaron a Centroamérica. Hoy su labor continúa con esperanza, haciendo realidad el sueño de Don Bosco en toda la región.

"Ustedes atravesarán los mares, se encontrarán en países ignotos, tendrán que tratar con gente de lenguas y costumbres diversas... Quisiera acompañarlos yo mismo, pero lo hará este librito (refiriéndose al libro de las Constituciones)." - Don Bosco.

Don Bosco y su anhelo de ser misionero

Desde su juventud, San Juan Bosco albergó un ardiente deseo de ser misionero. Este anhelo lo llevó a considerar unirse a los Oblatos de María, una congregación dedicada a la evangelización en tierras extranjeras. En 1844, tras completar sus estudios de moral y teología pastoral, Don Bosco contempló seriamente esta posibilidad. Sin embargo, su director espiritual, Don José Cafasso, lo orientó hacia una misión diferente: atender a los jóvenes necesitados en Turín. 

Aunque no partió como misionero, Don Bosco nunca abandonó su vocación misionera. Mantuvo correspondencia con organizaciones misioneras y seguía de cerca las noticias sobre la evangelización en el mundo. En 1875, su sueño se concretó al enviar la primera expedición misionera salesiana a Argentina, marcando el inicio de la presencia salesiana en América. 

El deseo misionero de Don Bosco se hizo realidad con la expansión de la Congregación Salesiana, que hoy está presente en más de 135 países llevando adelante una misión educativa y evangelizadora. Su legado continúa vivo en cada obra salesiana que transmite el mensaje del Evangelio, especialmente en lugares alejados o de difícil acceso. En Centroamérica, la misión tiene un fuerte impulso en Guatemala, particularmente en regiones como Alta Verapaz y Petén, donde se desarrollan programas pastorales, educativos y sociales dirigidos a jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Fuentes: Salesianos España, Salesianos Argentina y Misiones Salesianas.

 

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