TM6 1 Una respuesta salesiana a la crisis del desempleo juvenil en Centroamérica


Los salesianos se han caracterizado por ofrecer educación de calidad a los jóvenes más necesitados y en riesgo de los ambientes donde se encuentran. Por ello nació la figura de la educación informal en los Centros de Formación Profesional CFP, dentro de la obra salesiana.

En el desarrollo de este tipo de centros se evidenció la necesidad de apoyar a los jóvenes estudiantes que buscaban empleo por primera vez. Así nacen las Oficinas de Intermediación Laboral OIL dentro de los CFP y las escuelas técnicas de los salesianos.

El año 2011 se crea un convenio con la ONG Vía Don Bosco de Bélgica, que resulta en la creación de la primera OIL dentro del CFP Pedro Ricaldone, en el Instituto Técnico Ricaldone en San Salvador, El Salvador.
Esta oficina se propone acompañar, orientar y vincular a las personas necesitadas de un empleo con un acompañamiento integral, no solo ayudando en competencias sino apoyándolos en temas como espiritualidad y relaciones humanas.

“Si un joven tiene un perfil no apto para ser admitido, le hacemos ver con delicadeza cómo puede cambiar para ser un buen prospecto”, dice María Lorena Estrada, encargada de la OIL del CFP Ricaldone.
La oficina se ha convertido en una opción para los jóvenes que viven en el interior del país, quienes en su mayoría se enteran de la oficina de boca en boca.

¿Cómo funciona?
Estas oficinas ayudan en dos vías: a las empresas, para elaborar perfiles de trabajo y procesos de reclutamiento, y a los jóvenes para conseguir su primera oportunidad real.

Después de algunos meses de estudio, el joven es iniciado en la orientación laboral. En su mayoría son jóvenes entre 18 año a 29 años que nunca han trabajado y que pueden recibir competencias socio laborales y técnicas que les ayude a emprender una mejor vida.

A ellos se les instruye sobre resolución de conflictos y valores salesianos. No solo se atiende al joven, sino también a su familia. Un equipo, compuesto por la coordinadora, la trabajadora social y una gestora de colocación, estudia los casos y decide el apoyo oportuno.

Después de cuatro a nueve meses de estudio comienza el proceso de elaboración del propio perfil y su hoja de vida.  El joven completa un formulario como si fuera a pedir empleo y así comienza a familiarizarse con los documentos que debe llenar cuando vaya a una entrevista real.

Para que el joven no cometa errores, el personal de la OIL lo trata todo el tiempo como si fuera un proceso real de contratación.

Este adiestramiento simulado incluye una buena fotografía más todos los documentos personales. De este modo están listos para asistir a su primer taller de orientación laboral. En este se trabajan temas como la persona y la autoestima, aspectos que influyen en una entrevista real.

Se les ofrece, además, una guía para que elaboren correctamente su Currículo de Vida. Además, se les hace hincapié en el tema de la legislación laboral para que conozcan sus deberes y derechos. Se les informa sobre la importancia de cumplir horarios, metas y objetivos. Además, se les explica el proceso a vivir en la OIL y así sepan valorar ese esfuerzo.
Todo este proceso se trabaja de la mano con el Ministerio de Trabajo, que apoya a la oficina en temas de empleo juvenil.

Al joven se le ofrece una guía de entrevista con preguntas puntuales. “Les decimos que lo conversen con alguien de confianza. Muchos nos lo agradecen porque en las entrevistas suelen sentir como si ya hubieran ensayado todo lo que les preguntan”, explica Lorena.

Concluido el taller de orientación laboral y lista la hoja de vida, el joven está preparado para ser vinculado a una empresa. Él trabajará y seguirá estudiando. Esto se llama etapa de alternancia: aprende en la empresa y aprende en el centro.


Las gestoras visitan las empresas y ofrecen los servicios de estos jóvenes. Ellas ya han hecho todo el trabajo de selección, por lo que llevan a cada empresa el joven idóneo para cada servicio.
Actualmente esta OIL cuenta con 70 empresas activas que han abierto sus puertas para recibir a estos jóvenes. Aunque la OIL cuenta con una base de más de 200 empresas, no todas cumplen los requisitos que se necesitan para ubicar a un joven.

“Como no tienen experiencia, hacemos un currículum sencillo que realce sus atributos y que sea comprensible para ellos y para los reclutadores. Hay empresas que no hacen mayor proceso porque tienen gran confianza en nosotros. Acompañamos al joven a la entrevista, nunca se le deja solo, luego recibimos la retroalimentación de la empresa, lo que nos resulta útil para fortalecer las áreas débiles. Al ser aceptado el joven, se hace la documentación y se le explica cómo leer un contrato en el que se respete sus horarios de estudio, tiempo de trabajo y salario. La idea es que trabaje cuatro días a la semana y estudie dos”, explica Estrada.

La OIL se propone que el joven encuentre un empleo adecuado para él: cercano a su lugar de vivienda, que le permita lograr su metas y empezar a formar su plan de vida con un presupuesto mínimo.

“Nos llena de satisfacción que en nuestra base de datos tenemos todo tipo de empresas, nacionales e internacionales. Nos damos el lujo de elegir cual queremos, dado que no todas cumplen los requisitos que buscamos para emplear a nuestros jóvenes. Nos interesa mucho el trato, trabajo digno y cumplimiento de prestaciones de ley. Esta oficina es como una madre que está acompañando a un hijo a su primer empleo, queremos lo mejor para él”, asegura Lorena.

Cuando acaba el contrato de aprendizaje, la empresa está en la libertad de ofrecerle una plaza. Allí la OIL ya no interviene y se convierte en una relación entre la empresa y el joven.
Las Oficinas de Intermediación Laboral trabajan en red y cumplen los mismos procesos y objetivos. Actualmente existen 9 CFP salesianos en Centroamérica y 6 OIL. Estas oficinas están abiertas a quien lo necesite, no solo a los estudiantes del CFP. “Hemos ayudado a adultos mayores y les damos asesoría para que inicien algún emprendimiento”, afirma la gestora.

“No solo nos preocupa llenar un número, como nos piden los proyectos. La ayuda es real y siempre estamos pendientes de lo que sucede a los jóvenes. Si viene llorando porque le pasó algo en el trabajo, recibe apoyo de la psicóloga y de sus instructores. La psicóloga tiene una alcancía de la que saca ayudas para los jóvenes que llegan con problemas, quienes a veces no tienen cómo pagar el pasaje de bus de regreso a su casa. Si en una empresa los tratan mal o no cumplen con lo pactado, los sacamos de allí y buscamos otra opción. Además, vetamos esa empresa y no volvemos a trabajar con ella”, concluyó Lorena.

Este artículo está en:

Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 257 Mayo Junio 2022

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