DB orquesta Don Bosco posa en medio de los alumnos de la Escuela de Música Instrumental del Oratorio. Es una de las pocas fotografías en que elige aparecer sonriente.



Aunque, en la que aparece rodeado de jóvenes, muestra un rostro satisfecho por estar entre ellos, también aquí notamos, respecto a las fotografías de estudio, una mayor espontaneidad y expresividad. Es evidente que está contento de fotografiarse en ese contexto.

Ha de saberse además que, en toda la serie de fotografías que se tomaron para documentar el andar del Oratorio, Don Bosco elige posar él mismo en dos de ellas: con sus salesianos y con la Banda. Es que la música tenía un gran significado para Don Bosco. Ella tenía un valor educativo como posibilidad de expresión de los jóvenes, como atmósfera de alegría y unión, como elemento de reconocimiento de una identidad de grupo, como propiciadora del esfuerzo y la creatividad. Encontramos la confirmación de tales afirmaciones en las palabras mismas de Don Bosco respecto a la utilidad de una escuela de música en el Oratorio: «Un Oratorio sin música es un cuerpo sin alma».

Baile en Morialdo
Al anochecer volvió el jovencito Juan Bosco al baile que se había reanudado con loco frenesí. Iba oscureciendo cada vez más. Juan decía a los que parecían más sensatos:
Ya es hora de retirarse: el baile resulta peligroso.

Pero como nadie le hacía caso, se puso a cantar como había hecho antes.

Al dulce sonido, diríase mágico, de su voz, cesaron las danzas y quedó vacío el lugar del baile.

Todos corrieron a su alrededor para oírle y al acabar, le ofrecieron muchos regalos para que volviera a empezar.

Volvió a cantar, pero no quiso aceptar ninguno.
Memorias Biográficas 145

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Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 259 Septiembre Octubre 2022

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