Familia. Cuando oyes hablar de salud familiar que es lo que se te viene a la mente, un mismo médico que ve a toda la familia, que todos los miembros de la familia velen por la salud de los unos y los otros, que se realice un árbol genealógico de enfermedades o simplemente es visitar una vez al año

al médico para prevenir alguna enfermedad. La salud familiar es integral y engloba todos los enunciados anteriores. Esta se define como un patrón continúo de atención médica integral en cada uno de los miembros de la familia, con el fin de prevenir enfermedades y dotar de herramientas o rutinas de autocuidado. El simple hábito de lavarse las manos forma parte de la salud familiar.

 

No solo la visita periódica al doctor es importante, sino conocer el historial médico de la familia. Por ejemplo mi padre murió de diabetes, mi hermana y yo siempre estamos atentas al chequeo de la glucosa y a mantenernos al margen en el consumo de platos ricos en azucares y almidones.

Condiciones como estas hacen que las familias se cuiden de forma integral, es decir no solo físicamente, sino psicológica y ambientalmente. Cada familia lo hace de forma particular, dependiendo de las condiciones de vida, hábitos y entorno a donde viven. Además, la salud familiar es cambiante, esto se debe al continuó brote de enfermedades o propagación de las mismas. Como ejemplo, el dengue o la fiebre chikungunya que es común en los países centroamericanos debido a su clima tropical.

Importancia

En 1976 la Organización Mundial de la Salud, OMS, definió la salud familiar como “la salud del conjunto de los miembros en términos de funcionamiento efectivo de la familia”. Sin duda es una concepción básica, pero sí es relevante que la OMS vio el valor de practicar la salud familiar en función de la prevención.

 

Asimismo, es de vital importancia que el médico conozca el historial de salud para determinar y señalar un diagnóstico acertado y un tratamiento orientado en la cura y prevención para los otros miembros de la familia. En el caso de obesidad,  que va en  aumento, según el estudio del Instituto para la Métrica y la Evaluación (IHME) de la Universidad de Washington en 2014, revela que el 29% de los niños y adolescentes en Latinoamérica sufren de obesidad y el 61% de los adultos tienen sobrepeso. Este dato deja al descubierto que hay una ausencia de salud familiar. Y es que los comportamientos culturales, las condiciones económicas y la educación deben ir de la mano, ya que estas afectan directamente las condiciones saludables de las familias. Si los padres tienen correctos hábitos de salud, por lo tanto, los hijos lo tendrán.

 

El fin último de la salud familiar es eso mismo que todos los miembros de la familia estén y se mantengan saludables. El conocer padecimientos genéticos reduce el riesgo de sufrir enfermedades como cáncer de seno, hipertensión arterial, diabetes, entre otras más que cada día son descubiertas en miles de hogares. En la actualidad, los recién nacidos son sometidos a pruebas especializadas para prevenir que el futuro ese niño padezca de alguna dolencia genética. La invitación es para que a partir de hoy nos concienticemos y comenzamos a velar por la salud de los miembros de la familia y practicar la salud familiar. 

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