Siempre se debe tener presente el sentido lógico, humanitario y espiritual en su uso y más relevante recordar que la AI no puede reemplazar a un profesor. El uso de la inteligencia artificial (IA) en el sector educativo sigue en apogeo, los docentes luchan en descubrir si la tarea presentada es autoría del estudiante o producto de una herramienta de IA. Acá surge la disyuntiva de si es correcto o no el uso del ChatGPT.

A Sandra, una estudiante de primer año de bachillerato, se le olvidó leer la literatura solicitada por su profesor; una noche antes de la fecha de entrega, recurrió al ChatGPT para hacer el reporte. Ha resultado uno de los trabajos mejor elaborados. Sin embargo, el uso de algunos términos bastantes técnicos, despertó dudas en el profesor sobre la nota que se merecía.

Este es solo uno de los muchos casos que viven a diario los docentes hoy en día. Y es que es de reconocer que el ChatGPT es una herramienta poderosa que resuelve a la brevedad. Basta con darle la indicación o "prompt" lo más preciso posible sobre el tema a investigar para obtener un contenido al instante. Los estudiantes no solo de educación media, como Sandra, sino de educación superior y hasta nivel de maestrías hacen uso habitual del generador de contenido artificial.

Para algunos docentes esto es inaceptable, para otros, es un instrumento que moderniza su forma de enseñar. En un estudio realizado por el Ministerio de Educación de Buenos Aires, Argentina, a más de 1,500 docentes del sector público y privado en el 2023, arrojó que el 31% de los docentes consideraban positiva el uso de la inteligencia artificial, enfrentado a un 25% que lo ven como plagio, y contrarrestado con un 44% que no sabe cómo impacta su uso. La gran mayoría de los profesores (90%) afirmaron estar al tanto de que la mayoría de los estudiantes utilizan ChatGPT para realizar sus tareas.

Ante esto, se considera que la formación y capacitación sobre el uso de la IA y ChatGPT en función de la educación deberá ser tema prioritario en las pausas pedagógicas para que los docentes conozcan, interpreten y utilicen estas herramientas digitales en beneficio de la enseñanza. Con el fin de convertirlos en sus aliados a la hora de asignar tareas. Es decir, si ya se conoce que la mayoría de estudiantes hacen uso de ellas, porque no partir de la IA para dejar tareas. Por ejemplo, podrían utilizar el ChatGPT para generar contenido relacionado con un tema de historia, dando instrucciones específicas o "prompts" para cada grupo de estudio. Esto permitiría comprobar que los resultados son diferentes para cada grupo, lo que a su vez enfatizaría que el usuario siempre tiene el control sobre la IA, no al revés.

Más allá de la disyuntiva es importante tener en cuenta que el contenido generado por ChatGPT y la IA en general, debe ser revisado y “tropicalizado” antes de su uso en cualquier contexto, no solo antes de entregar la tarea. Siempre se debe tener presente el sentido lógico, humanitario y espiritual en su uso y más relevante recordar que la AI no puede reemplazar a un profesor.

También, se debe tomar en consideración que la inteligencia artificial en general, no solo el ChatGPT, no garantiza un 10 o una A en la tarea, o la clave de éxito para todo. Hace falta mucho en términos de legislación de su uso. Y como exhorta el papa Francisco “no podemos presumir a priori que su desarrollo aporte una contribución benéfica al futuro de la humanidad y a la paz entre los pueblos”. Por ello el papa llama a “adoptar un tratado internacional vinculante que regule el desarrollo y el uso de la IA en sus múltiples formas”.
Por ello, tanto docentes como estudiantes están llamados a hacer uso de la IA con inteligencia real y humana.


Aliados educativos
Según Juan Alberto Amézquita, profesor del Tecnológico de Guadalajara y del Hub de Inteligencia Artificial del Tec., el ChatGPT facilita la labor docente y el aprendizaje. Amézquita da cinco consejos para saber usarlo.

  1. Aceptar el uso. “Cuando un profesor dice que no debe usarse está perdiendo la batalla de aprender un nuevo instrumento”, y añade que es mejor enfocarse en “enseñar a usarla para que como estudiante saquen lo mejor”.
  2. Usarlo como base, no el fin. Aconseja que el ChatGPT sea la base para el desarrollo de la creatividad de los estudiantes. Pero que el producto final “no puede ser sustituido por el resultado de la IA, sino que los estudiantes deben reflexionar individualmente”.
  3. Hacer las preguntas correctas. Lo más importante para usar correctamente el ChatGPT es aprender a hacer las preguntas convenientes. Esa es una tarea que el docente o el estudiante tiene que elaborar, aumentando así el pensamiento creativo y crítico.
  4. Establecer límites. El docente debe acordar una política de uso, indicando de qué forma y cuando se puede usar, además, cuando no es permitido su uso. “La clave está en que le digas al estudiante: tú puedes usar ChatGPT para hacer tu ensayo de esta manera. Pero, si lo utilizas, documéntalo; toma una captura de pantalla a tus consultas y agrégalo como anexos a tu trabajo final”.
  5. Conocer la herramienta. Amézquita enfatiza que el docente debe conocer el ChatGPT para sacarle el mayor provecho y no ser víctima de sus fallos. Así comprobar la veracidad de las respuestas.
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