Para nosotros, es crucial aprender a mirar. Resulta grave cuando no somos capaces de ver a los jóvenes en su realidad, en lo que son verdaderamente. En el Sueño, la Señora se nos presenta como Maestra y Madre. Es la madre tanto del Señor majestuoso del Sueño como de Juanito. Tomándolo de la mano, le dice: "Mira".

Para nosotros, es crucial aprender a mirar. Resulta grave cuando no somos capaces de ver a los jóvenes en su realidad, en lo que son verdaderamente. Incapaces de apreciar lo más auténtico en ellos, así como lo más trágico y doloroso de sus vidas. "Mira" es la primera palabra pronunciada por esta "mujer de aspecto majestuoso, vestida con un manto que resplandecía por todas partes, como si cada punto del mismo fuera una estrella muy refulgente", tal como Don Bosco la describe en el Sueño.

El "mira" desplaza el enfoque más allá de la persona, aunque luego Juan se involucra completamente. Es lo que está más allá de uno mismo lo que invita, desafía, cuestiona y guía. Esto subraya la importancia del entorno en la pedagogía salesiana.

Esto no descarta la importancia del cuidado de la interioridad y del silencio, pero también nos llama a elevar la mirada, ya sea al misterio de Dios o al prójimo necesitado, como aquel hombre que descendió de Jerusalén a Jericó y se encontró con bandidos.

"Aprende", es decir, adquiere humildad, fortaleza y robustez, ya que enfrentarás soberbia, desafíos y adversidades en la vida. La robustez aquí se refiere a la resiliencia, la capacidad de no rendirse ni desanimarse ante las dificultades.

Es sorprendente cómo los acontecimientos que la Providencia pone en el camino de Juan Bosco son los que lo moldean para ser humilde, fuerte y robusto. Esto resalta la importancia de reconocer la dirección y el acompañamiento de la Providencia en la vida de cada uno.

Por último, "ten paciencia", lo cual implica dar tiempo a todo y permitir que Dios actúe a su manera.

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