- Por Florencia Afflitto y Maite Alvarez /
- 1739
Somos dos voluntarias médicas argentinas que llegamos hace unos meses a Petén, Guatemala para sumarnos al proyecto de pastoral de salud de la Parroquia San Benito de Palermo y así ponernos al servicio de la comunidad.
- Por Giuseppe Liano /
- 1601
Las historias de los misioneros me han fascinado siempre. Su capacidad de donarse enteramente, de llevar la fe como regalo a tantos y el amor ardiente que en ellos vemos, son para mí un modelo de nuestra consagración a Dios.
Por eso, desde que entré en la Congregación, me he preguntado por qué no puedo ser como ellos. Y cada vez que me lo preguntaba, sentía cómo en el corazón se me encendía aún más la llama del deseo por donarme como ellos a las misiones.
Después de algunas experiencias misioneras en Guatemala, presenté esta duda a mi director espiritual, a mi confesor y sobre todo a los misioneros que un día tuvieron la misma inquietud y hoy son quienes llevan adelante el carisma en nuestra inspectoría. Y en todo esto rezaba delante del sagrario o con el rosario en mano, pidiendo al Señor la claridad en su llamada, el valor para responderle y el amor para hacerlo vida.
La respuesta que más me impresionó fue la del padre Checchi. Él, sonriente como siempre, me dijo: “Hermanito, si ya dejaste tu vida en las manos de Dios, gózate sus sueños. Déjate guiar, déjate llevar a los muchachos que Él ha pensado para ti y ama su voz, ama eso que ha soñado para tu vida. Te aseguro que serás feliz confiándote solo a Él.”
Motivado por el deseo de servir al Señor, me puse a disposición del encargado y en el 2015 fui enviado a Albania y Kosovo. Allí me encontré con una realidad totalmente inesperada. Acostumbrado a pensar en las misiones con iglesias llenas de creyentes, no imaginaba llegar a un pueblo totalmente musulmán, a compartir la alegría de ser misionero con dos hermanos y 18 católicos.
La primera dificultad fue la de renunciar a la idea que tenía de las misiones y entender eso que el Señor me estaba regalando. Agregado a la dificultad del idioma y mi ignorancia del islamismo, me encontré frente a un hermoso reto que solo mis hermanos y los muchachos me ayudaron a entender y llevar a cabo. Y cuánto gozo encontré en dejarme sorprender por la presencia de Dios en los muchachos. Sus preguntas, nuestras discusiones, la manera en que nos dispusimos a dialogar, a escucharnos unos a otros, son hoy la alegría de mi corazón, mi gracias a Dios por la vocación misionera. Pienso que así será siempre, que el regalo de ser misionero serán los jóvenes y nuestros hermanos.
Creo que ser misionero es parte de nuestro ADN salesiano. Del salir a las calles a encontrar a los muchachos. Al salir del propio país por amor a Dios, nuestra vocación se enriquece tanto y se vive en plenitud cuando hacemos del sueño de Dios nuestro sueño, de sus jóvenes nuestros muchachos, de su llamada nuestra vida.
- Por Heriberto Herrera /
- 1583
Por lo general, los domingos celebro misa en las aldeas. Hoy me tocó por casualidad celebrar en la ciudad de San Pedro Carchá, Guatemala.
- Por Heriberto Herrera /
- 1681
Cuatro días de lluvia continua. A ratos torrencial, o si no, lluvia mansa. El frío húmedo es desagradable.
- Por Giuseppe Liano /
- 1727
Cuando papá cumplió 25 años como exalumno salesiano, me pidió que lo acompañara a la misa del 31 de enero en el colegio.
- Por Heriberto Herrara /
- 1896
Sorpresa en la aldea. Antes de misa me informa un dirigente que hay cinco niños que están aprendiendo a tocar marimba. – Son aquellos de camisa blanca, me dice, señalándolos. Están sentados muy seriecitos cerca de los avezados marimbistas que animan, con las jóvenes cantoras, la parte musical de la celebración eucarística. El dirigente me explica que debo bendecirlos.
- Por Giuseppe Liano /
- 1717
Gjilan 11/09/2016.- Ha pasado más de una semana desde que vivimos la canonización de la Madre Teresa y aún no termino de recoger cuántas bendiciones, cuántas experiencias y cuántas alegrías compartimos como iglesia. Más que un “evento”, fue un verdadero encuentro espiritual en el corazón de cada uno.