Con esta primera reorganización y un clima de colaboración y apertura, los capitulares se preparan para enfrentar los muchos desafíos que les esperan. (ANS – Turín) – El sábado 22 de febrero marcó un momento crucial para el Capítulo General 29, que pudo comenzar sus trabajos de forma decidida y eficaz. Entre las primeras acciones concretas, los capitulares aprobaron el Reglamento con una amplia mayoría: los votos en contra del texto completo fueron menores que los expresados en las secciones individuales que lo componen. Además, se aceptó, aunque con algunas puntualizaciones, el Instrumento de Trabajo derivado del informe que acompañó la convocatoria del Capítulo, presentado por el Rector Mayor, cardenal Ángel Fernández Artime.

Para los capitulares, esto fue un preludio para las discusiones sobre los temas centrales que se abordarán en el Capítulo, un camino que, ya en la primera semana, requirió definir el contexto adecuado para desarrollar debates y avanzar en las propuestas.

Un momento clave ocurrió entre el viernes y el sábado, cuando algunos capitulares señalaron que la composición inicial de las Comisiones reflejaba una división por grupos lingüísticos. Este enfoque, aunque comprensible, corría el riesgo de limitar el intercambio de experiencias y perspectivas de diversas realidades culturales, favoreciendo, en cambio, la homogeneidad.

Gracias a la intervención de la Comisión General, presidida por don Stefano Martoglio, y la plena disposición de los capitulares para modificar el programa del día, fue posible revisar la estructura de las Comisiones. La reorganización llevó a la creación de seis grupos (en comparación con los cinco iniciales), con un límite de 50 miembros por cada uno. Además, se animó a los capitulares a interactuar más entre ellos, aprovechando el conocimiento de un segundo idioma para garantizar una mayor interacción e intercambio.

“Este es un resultado que corresponde plenamente a las enseñanzas de las lecturas de ayer”, declaró don Alphonse Owoudou, Moderador del CG29. “De este modo se fomenta el intercambio, superando barreras que no son principalmente lingüísticas, sino culturales”.

Esta apertura marca una de las características distintivas de este Capítulo General y podría representar un paso decisivo hacia el futuro. Si los trabajos logran mantener esta dinámica de intercambio y diálogo, el CG29 podría destacarse como un momento de verdadera renovación inspirada por el Señor.

Esta dirección se reforzó aún más con la homilía pronunciada durante la celebración eucarística, presidida por don Carmine Arice, Superior General de la Sociedad de Sacerdotes de San José Benito Cottolengo. Durante su reflexión, recordando un encuentro con don Domenico Machetta, SDB, don Arice subrayó: “El problema de los problemas es el amor mutuo. La unidad de la comunidad es el objetivo del Maligno. Pueden existir obras que funcionen bien, pero estas no molestan a Satanás: lo que lo incomoda es quien se humilla ante su hermano, eso desestabiliza al Príncipe del Mal”. Concluyó invitando a vivir la estima mutua como una oración, acogiendo las novedades del Espíritu Santo y transformándose “de extraños en amigos”.

El camino iniciado parece prometedor y sienta las bases para un Capítulo General orientado no solo al diálogo, sino también a la construcción de una visión compartida capaz de responder a las necesidades del tiempo presente.

 


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