El papa Francisco, gran amigo de la familia salesiana, dedicó su pontificado a acercar el amor de Dios a los más pequeños y olvidados. Su legado de esperanza y cercanía permanece vivo en el corazón de la Iglesia. El papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35 a.m. en su residencia de la Casa Santa Marta en el Vaticano, a los 88 años de edad. Según el informe médico oficial, su muerte fue causada por un derrame cerebral y un colapso cardiovascular irreversible. Su salud se había deteriorado en las últimas semanas debido a una neumonía bilateral.​

El cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Santa Iglesia Romana, anunció oficialmente su fallecimiento y presidirá el rito de la constatación de la muerte y la colocación del cuerpo en el féretro el próximo 23 de abril.

Siguiendo la normativa vaticana, el cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco deberá celebrarse entre 15 y 20 días después del inicio de la Sede Vacante.​

El papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, fue el primer pontífice jesuita y latinoamericano. A lo largo de su pontificado, impulsó cambios significativos en la vida de la Iglesia, siempre con un fuerte enfoque pastoral hacia los pobres, los marginados y quienes más necesitan de esperanza. Su estilo cercano y sencillo dejó una huella profunda en el corazón de los fieles.

Francisco será especialmente recordado por su sensibilidad hacia las periferias humanas y existenciales, y por su cariño hacia la familia salesiana. En numerosas ocasiones, expresó su admiración por el trabajo de los salesianos en favor de los jóvenes, subrayando la pasión de los primeros misioneros salesianos, quienes —según sus palabras— "asombraban a los jóvenes y a los jóvenes de corazón" con su entrega y alegría.

El papa Francisco será enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, cumpliendo su deseo de humildad y rompiendo con la tradición de sepulturas en la Basílica de San Pedro.

Fuente: Vatican News

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