8 de diciembre: día que recuerda el nacimiento del Oratorio y la presencia maternal de la Inmaculada en la misión salesiana. (ANS – Roma) – La solemnidad de la Inmaculada Concepción es como un «cumpleaños» en la historia salesiana: marca el inicio del Oratorio de Don Bosco, la fundación de la Congregación y una clave mariana permanente para la espiritualidad y la misión salesiana. Todos los sucesores de Don Bosco han vuelto varias veces al 8 de diciembre para redescubrir en él el estilo, la esperanza y la presencia maternal de nuestra madre Inmaculada, que sigue renovando hoy la Familia Salesiana.

El 8 de diciembre en la vida de Don Bosco

El 8 de diciembre de 1841, mientras se vestía para la misa en la iglesia de San Francisco de Asís, Don Bosco conoció al joven Bartolomé Garelli y comenzó a catequizarlo, empezando por un sencillo «Ave María». Don Bosco siempre señaló este humilde momento como el «inicio del Oratorio», un inicio que él relacionó explícitamente con María Inmaculada.

La tradición salesiana recuerda que Don Bosco vio en ese «Ave María» la semilla de la que brotaría toda la obra salesiana. Más tarde, afirmó que el 8 de diciembre era el día en que «todas nuestras cosas más grandes tuvieron su comienzo», mostrando cómo la Inmaculada Concepción se había convertido en una clave interpretativa de su vocación y misión entre los jóvenes.

El 8 de diciembre en la vida del Oratorio

La fecha del 8 de diciembre de 1841 se recuerda como el nacimiento del Oratorio de Don Bosco para los jóvenes pobres y abandonados, el punto de partida desde el que se desarrollarían todas sus obras. Por esta razón, la tradición salesiana define el 8 de diciembre como «el cumpleaños de la misión salesiana», expresando tanto el origen histórico como la identidad espiritual.

Desde los primeros años, Don Bosco arraigó este origen mariano en la vida cotidiana de Valdocco. Ya en 1842 predicaba una conferencia anual el 8 de diciembre, invocando la protección de María Inmaculada sobre el Oratorio. Fomentaba prácticas específicas, como el Mes de Mayo en honor a María Inmaculada (publicado en 1858), para cultivar en los jóvenes una devoción concreta que moldeara su vida moral y su responsabilidad apostólica.

El 8 de diciembre en el crecimiento de la espiritualidad salesiana

Don Bosco interpretó la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción (1854) como una confirmación de lo que ya había vivido en el Oratorio. Uno de sus frutos más evidentes fue la Congregación de la Inmaculada, fundada por Domingo Savio poco antes de que se definiera el dogma. Este grupo se convirtió en un «vivero» de celo apostólico y, finalmente, de las primeras vocaciones salesianas.

En su Mes de mayo y en su predicación, Don Bosco presentaba a María Inmaculada como una «lente» para comprender todo su proyecto educativo. Su pureza y su total apertura a Dios servían de modelo para los jóvenes y, de fuerza espiritual contra las «potencias del mal» en la sociedad, no a través de la política, sino a través de la educación y la catequesis. Esta visión mariana es inseparable del Sistema Preventivo, que Don Bosco entendía como expresión del amor providencial de Dios: un amor que se anticipa, acoge y acompaña, reflejado en la disponibilidad inmaculada de María.

El 8 de diciembre y la fundación de la Congregación

El 8 de diciembre de 1859, la fiesta de la Inmaculada se celebró con gran solemnidad en Valdocco. Esa noche, Don Bosco reunió a un pequeño grupo de sus colaboradores más comprometidos para dar vida a lo que se convertiría en la Sociedad de San Francisco de Sales. Esta fecha, elegida intencionadamente, se recuerda oficialmente como la fundación de la Congregación Salesiana y se coloca bajo el manto de la Inmaculada para asegurar su guía maternal sobre la nueva Sociedad.

Los acontecimientos eclesiales posteriores reforzaron este sello mariano. El desarrollo de la devoción a la Inmaculada, la proclamación dogmática y la posterior difusión por parte de Don Bosco de la devoción a María Auxiliadora fueron entendidos por él como un hilo conductor de la protección mariana. Los historiadores señalan que Don Bosco aplicaba a menudo a María Auxiliadora expresiones originalmente relacionadas con la Inmaculada Concepción, viendo en ambos títulos una presencia maternal que acompañaba el camino de la Congregación.

El 8 de diciembre en las voces de los Rectores Mayores

Los Rectores Mayores han vuelto a menudo al 8 de diciembre para recordar a la Familia Salesiana sus raíces marianas. El padre Pascual Chávez subrayó que el vínculo entre Don Bosco y la Inmaculada Concepción no es solo histórico o doctrinal, sino que toca un aspecto central del Sistema Preventivo: un Dios que se anticipa y acompaña con amor, reflejado perfectamente en la apertura de María a la gracia. También recordó que el padre Egidio Viganò eligió a María Inmaculada como tema de su primera circular, titulada «María está renovando la Familia Salesiana de Don Bosco», subrayando que la auténtica renovación pasa siempre por una renovada consagración mariana.

El nacimiento de la Congregación en la fiesta de la Inmaculada no fue casual, sino programático. Don Bosco quería que sus hijos e hijas vivieran el carisma salesiano bajo la mirada y la guía de María al servicio de los jóvenes.

Para cada salesiano, el 8 de diciembre sigue siendo un día de gratitud y de memoria vocacional, un retorno anual a aquel primer Ave María con Bartolomé Garelli, para que «todas nuestras cosas más grandes» sigan brotando de la intercesión de María por los jóvenes. Así, la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María sigue estando en el centro de la identidad y la misión salesiana.

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