Ciudad del Vaticano, septiembre 2025.- El Papa León XIV, al término de la Audiencia General del pasado 24 de septiembre, anunció para el próximo 11 de octubre un Rosario por la paz en la Plaza de San Pedro. Esta iniciativa de oración se celebrará en el día en que la Iglesia recuerda a san Juan XXIII, el papa de la encíclica Pacem in terris. El Pontífice prosigue así la tradición iniciada por sus predecesores que, en momentos difíciles para la historia de la humanidad, han invitado a aferrarse con fuerza al Rosario, confiando a la Virgen los dolores de la humanidad.
Ya en los años noventa, san Juan Pablo II, frente a la Guerra del Golfo, había expresado su dolor por el conflicto. El 16 de enero de 1991, al término del Rosario en el Aula de las Bendiciones, el pontífice polaco elevó una larga oración por la paz en la cual repitió varias veces: “Nunca más la guerra”. Años después, tras el atentado del 11 de septiembre, el papa Wojtyla pidió para el 14 de diciembre un día de ayuno y oración para suplicar “una paz estable, fundada en la justicia”, “soluciones adecuadas a los muchos conflictos que atormentan al mundo”.
El papa Benedicto XVI, en el Ángelus del 1° de octubre de 2006, invitó a “rezar el Rosario […] por la paz en el mundo”. Deteniéndose en la situación de Irak, expresó su “cercanía espiritual” e invitó “a todos a unirse a mí en pedir a Dios Omnipotente el don de la paz y de la concordia para ese martirizado país”.
Y después el papa Francisco, que en su pontificado ha orado incesantemente por la paz. Fue el 7 de septiembre de 2013 cuando pidió rezar por Siria, Oriente Medio y el mundo. Desde entonces, los escenarios más desgarradores y sufrientes de la tierra se han convertido en el centro de una oración coral y sentida. Después de Siria, se pasó en 2017 a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur; en 2020, la oración por el Líbano, sumido en una grave crisis política, social y económica agravada por la explosión en el puerto de Beirut. Un año después fue el turno de Afganistán, tras el regreso al poder de los talibanes, y luego en 2022 de la “martirizada Ucrania”, sacudida todavía hoy por una guerra que no conoce tregua. Fue después el 6 de octubre de 2024, el día que precedía el primer aniversario del atentado terrorista de Hamás contra Israel, cuando el papa Francisco en la Basílica de Santa María la Mayor, ante la Salus Populi Romani, rezaba el Rosario por la paz en el mundo dirigiendo a la Virgen una sentida súplica.