Reflexiones sobre el equilibrio entre protección y autonomía en el crecimiento de los hijosLa segunda enfermedad de la educación que consideramos es la sobreprotección.

En la playa, dos madres están sentadas en sillas a la orilla de la playa charlando mientras vigilan a sus hijos. Un niño se acerca a su madre: "Mamá, hace calor. ¿Puedo quitarme la camiseta?" "¡No! ¡Te puedes resfriar!". Después de un momento el niño vuelve a preguntar: "Mamá, ¿puedo jugar con la arena?" "¿Estás loco? Te ensuciaras todo". Al minuto siguiente pregunta: "Mamá, ¿puedo entrar al agua?" "¡Ni hablar! Está llena de bacterias". Un poco más tarde: "Mamá, ¿puedo ver a esos chicos jugar al voleibol?". "No, ¿y si te dan un pelotazo?". Estupefacto, el niño se sienta al lado de su madre, que resopla y le dice a la madre de al lado: "¿Ves eso? Es un niño terrible".

El tirano adulto se encuentra en una dinámica de placer como un niño que se ha olvidado de crecer.La enfermedad que aplasta el crecimiento de los niños


La 'hijitis' representa una problemática paterna donde los padres no logran cortar el cordón umbilical. El pediatra Marcello Bernardi ofrece una descripción precisa: "Los padres con 'hijitis' aspiran a ser más que los cimientos de sus hijos; quieren ser todo, desde la base hasta el último azulejo. Anhelan ser padres eternos, siempre en servicio. Controlan todo: la alimentación, vestimenta, amistades, juegos, educación y conducta. Aunque las consecuencias de esta actitud no sean inmediatas, suelen manifestarse en la adolescencia. ¿Cómo enfrentará la vida un niño que nunca aprendió a vivir por sí mismo? ¿Si siempre otros han decidido por él?"

a forma más fácil de enseñar a los niños a rezar es que te vean rezar, para que comprendan que Dios es importante para ellosA mis niños les preguntaba en catequesis: "¿Saben por qué quiero enseñarles a rezar? ¿Por qué les doy todos estos libros sobre la Biblia e insisto en que los lean?". La respuesta de una niña de once años llegó, desenfadada, sin pensárselo mucho: "Porque nos quieres y quieres que tengamos una vida feliz".

Un buen kit para la vida debe estar constituido por algunas "competencias" interiores precisas, que hay que promover y cultivar con proyectos educativos adecuados desde los primeros años.Desde que la Organización Mundial de la Salud las presentó, las Habilidades para la Vida se han hecho famosas. Es una forma concreta de responder a la pregunta: ¿qué cualidades hay que educar para educar a un ser humano pleno y feliz?

La buena comunicación es un fruto magnifico, pero para tenerlo hace falta el esfuerzo y la paciencia del buen cultivadorEl conocido experto en comunicación Jacques Salomé, en su libro "Hablar, entender, comunicar: Vademécum para aprender a dialogar en familia" (Elledici), compara la comunicación familiar con un huerto.

Ser compasivo significa abandonar las diferencias y distincionesLos padres siempre tienen la tentación de comparar a sus hijos con los de los demás, y sus hijos entre ellos.

«¡Mi hijo es mucho más inteligente que ese!», «En la escuela, mi hija les saca ventaja a todos...», «Mi hijo es muy bueno en todo...». Algunos padres sobreestiman a sus hijos y les ejercen una enorme presión, con el riesgo de que cada fracaso se viva como un drama. Otros se dedican a las comparaciones degradantes ("Tu hermana nadaba mejor a tu edad"), que solo sirven para desanimar. Positivas o negativas, las comparaciones impiden que el niño construya una identidad sana. Los niños ya están tentados por sí mismos a compararse con los demás y definirse en relación con los hermanos y compañeros, porque también ellos viven en este mundo enfermos de un espíritu de competencia cada vez más exagerado e invasivo.

Educar en la responsabilidad El verdadero reto educativo del sigloUn sociólogo muy citado califica nuestra sociedad de "líquida". Estoy tentado de añadir "y también un poco pantanoso". Todos sabemos que un río sin orillas se convierte en un pantano. Hablar de responsabilidad educativa es hablar de " orillas ", es decir, de cómo construir una vida bella, útil, orientada y fuerte.

Es necesario hacer cosas juntos, demostrar de modo tangible amor, estima recíproca, reír y bromear, aprender a discutir, rezar, leer textos en voz alta.“Pero mamá, ¿tú nunca te diviertes?” Ante esta pregunta “se abrió la tierra bajo mis pies”, escribe Marta Brancatisano. “En aquel momento pensé que todo lo que estaba construyendo con esfuerzo, pero también con entusiasmo, no existía.

 

Mi empeño por hacer una familia, por tener una casa, por ser la compañera de mi esposo, por colaborar con otros proyectos que creía esenciales para el futuro de la humanidad eran todas cosas que no existían, invisibles y, por tanto, sin significado... Para mi hijo, en todo lo que hacía no había placer y, por tanto, no había sentido”.

BSCAMDecirle a un niño “mal educado” es dispararse en el pie. “¿Y quién me va a educar? Tú, ¿no?”, podría responder. Enseñar “buenos modales” hoy en día es una de las tareas más difíciles.

Educar DB5En las conversaciones entre padres y profesores, esta es la frase más utilizada. Los padres suelen reafirmarlo con frases como “es inteligente pero no se compromete” o “sus resultados podrían ser mejores si tuviera más interés, si siguiera más, si no estuviera pensando en otras cosas, etc.”

Foto: Ulrike LeonePuede que no nos guste, pero esta es la vía rápida que nos hace verdaderamente humanos. El sufrimiento humaniza como ninguna otra experiencia. Claro, el sufrimiento es incómodo. Pero, ¿por qué persistir en la creencia de que es inútil? “De la herida sale la sangre, pero entra la sabiduría”, dice un proverbio caboverdiano. Cuánta verdad en tan pocas palabras.

EducarDB 257Antes eran inexpugnables, hoy han caído, pero tenían sentido y contribuían a la unidad familiar y a fortalecer la fraternidad... Hay que redescubrirlos.

Foto: Db Esther MerbtEn una época en la que todo el mundo iba descalzo, un gran jefe indio, que tenía los pies sensibles y poco sentido común, sufría mucho al tener que caminar por las piedras y el terreno accidentado del territorio de su tribu.