ANS Image Roma, enero 2012.-El 12 de enero del año 2010 un terremoto de magnitud 7,0 con epicentro a 25 kilómetros de Puerto Príncipe afectó gravemente Haití. La inmensidad de daños y destrucción de las estructuras fue enorme: según la Cruz Roja Internacional y la ONU, el terremoto afectó a más de 3 millones de personas. A dos años de distancia continúan las obras de reconstrucción y, para los salesianos el compromiso es educar y formar a los muchachos y los jóvenes. 

En el sisma la realidad salesiana, que este año se apresta para recordar el 75° aniversario de presencia en Haití, fue fuertemente golpeada. Desplome de la planta física y grandes daños en las diversas obras; pero la más dolorosa fue la pérdida de vidas humanas. El coadjutor Hubert Sanon, dos jóvenes salesianos en formación, Atsime Wilfrid e Vibrun Valsaint, y cerca de 250 muchachos de la obra ENAM, que  fueron sepultados bajo los escombros. Muchos alumnos de las escuelas salesianas y miembros de la Familia Salesiana encontraron la muerte a causa de la caída de sus casas, de las iglesias y lugares de trabajo.

La Procura Misionera de Madrid hizo público un comunicado con algunos datos que demuestran el compromiso de los salesianos en Haití interesados, en primer lugar, en formar y educar las nuevas generaciones.

Más de 23.000 niños y jóvenes y más de 1.200 profesores ya han vuelto a las aulas en los centros educativos salesianos de Haití. Tras dos años de mucho trabajo y grandes esfuerzos, muchos jóvenes y niños se forman y reciben educación en escuelas y centros de formación profesional que les permitirán ser los protagonistas del progreso de su país.

Por ejemplo, más de 850 niños van a la escuela de Cap Haitien y otros 145 jóvenes se forman en la escuela agrícola; en el Centro Politécnico Don Bosco, otros 120 alumnos se forman en diferentes áreas, como la albañilería, la carpintería o la Escuela de Enfermería en Fort Liberté; en Timtake, ya hay más de 600 alumnos; y más de 1.000 niños y jóvenes podrán formarse en el centro de Gressier, que fue visitado en el mes de octubre por la Reina Doña Sofía.

Puerto Príncipe fue una de las zonas más afectadas por el terremoto del 12 de enero de 2010. Además, cientos de miles de personas marcharon a la capital en busca de ayuda y de una oportunidad para sobrevivir. Desde entonces, ya hace dos años, se han conseguido grandes avances. Sin embargo, son muchas las cosas que quedan por hacer en uno de los países más pobres del planeta. Todavía, cerca de 600.000 personas permanecen en los campos de desplazados y no tienen un techo en el que vivir y menos del 25% de los escombros han sido removidos, según el PNUD. Además, el cólera ha matado a más de 7.000 personas en 2011.

En Haití, más del 80% de la población vivía en la pobreza antes del terremoto y la mitad de los haitianos no sabían leer ni escribir. “Haití no es un país destrozado por el terremoto de enero de 2010, es un país expoliado desde mucho antes”, recuerda el economista haitiano Camille Chalmers. Sin embargo, “Haití es un país fuerte y el terremoto nos da la oportunidad de hacer un país mejor”, explican los misioneros salesianos que trabajan en el país desde hace 75 años.

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