Salesianos Granada y Masaya. Nicaragua. Después de visitar en febrero las comunidades de Guatemala y en marzo las de Costa Rica y Panamá, tocó el turno a la visita de Honduras y Nicaragua.

El miércoles 10 Zaida Navarrete y yo emprendimos el viaje hacia Tegucigalpa. Nuestro fiel Hyundai ya se sabe el camino y casi no necesita del conductor. Hicimos un viaje holgado, pues no teníamos otros compromisos más que recorrer kilómetros y más kilómetros. Encontramos alojamiento cordial en el Instituto San Miguel. Por la noche nos reunimos con tres fieles colaboradores laicos, Claudia Vásquez, Juan Ángel Bonilla y Marissa Morales, para una cenita familiar y animarlos a seguir con su generoso y profesional servicio de comunicación social.

sanmiguelhond El jueves 11 el San Miguel nos ayudó a trasladarnos a la Parroquia María Auxiliadora, en Comayaguela. El encuentro fue numeroso, pues, además de los sdb, estaban los “vocacionables”. El director, P. Foster Cerda, estaba atrapado en la burocracia de las licencias de conducir y lamentó no haber podido asistir al encuentro. Hubo mucho interés en el mensaje, sobre todo de parte de los jóvenes. Pudimos palpar de cerca la tensión en que se vive en ese ambiente sin ley, donde las maras imponen la suya a punta de balazos. Nuestra respetuosa admiración por esos valientes salesianos y laicos que se desempeñan audazmente en un ambiente de alto riesgo. Almorzamos con la comunidad, que contagia la alegría típica de un ambiente salesiano legítimo.

La tarde de ese jueves estuvo reservada a la comunidad del San Miguel. Están impulsando iniciativas interesantes de comunicación social con los alumnos. El colegio se está renovando tanto en organización escolar como en el clima salesiano que se respira de inmediato.

El viernes 11 nuestro heroico Hyundai nos transportó a Masaya. Tomamos la carretera de Danlí que lleva a la frontera Las Manos. Es un viaje aconsejable. Bosques continuos de pinos, clima agradable, montañas alternando con valles, pueblos limpios y ordenados. Todo un contraste con la ruta que pasa por Choluteca. Eso sí, la frontera en ambos lados es un caos casi total. Masaya nos acogió con simpatía cálida y espíritu fraterno.

Salesianos Parroquia María Auxiliadora. Comayagüela. El sábado 12 a media mañana nos reunimos con las comunidades de Masaya y Granada. Un malentendido comunicacional impidió que asistiera la comunidad de Managua, lo cual lamentamos, pues allí tienen un servicio de comunicación social de buena calidad. La reunión se realizó en Masaya. De Granada llegó un numeroso grupo entre sdb, vocacionables y algún estudiante y otro profesor. Después de nuestra presentación, hablamos acerca de futuros talleres. La cosa parece ir en serio.

El domingo 13 estaba destinado para el tremendo regreso. Salimos a las ocho de la mañana y llegamos a San Salvador a las cinco de la tarde. Pasamos un apuro con un policía que pretendía decomisarme la licencia y recuperarla el día siguiente, previo pago de una multa en un tal banco de la capital. Lo conmovimos con alguna lagrimita de cocodrilo que suavizó su corazón de funcionario cumplidor de las estrictas leyes viales del país.

Ya en casa, hemos de decir que valió la pena recorrer mil trescientos cincuenta kilómetros alternando tramos de carretera maravillosos con otros infernales. Si se tratara de turismo, habría que tener una buena dosis de masoquismo para someterse a tamaña fatiga. La recompensa la hallamos en la constatación del creciente interés que se va despertando en todas las comunidades por la comunicación social. Las realizaciones son dispares. Eppur, si muove, como dijo Galileo. Además, nos contagiamos del optimismo de los salesianos que viven entregados a la misión salesiana con una sencillez y generosidad que estimula hasta al más indiferente.

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