Imágen de ANS. Damasco, noviembre 2013.-  Los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora presentes en Siria continúan esforzándose de forma

ininterrumpida por los más necesitados: los heridos, los enfermos, las personas que quedaron solas a causa de la guerra... y también los muchos jóvenes que de frente a la violencia y la muerte necesitan diariamente respuestas a sus preguntas.

Las Hijas de María Auxiliadora dirigen el Hospital Italiano de Damasco, en el barrio de Mazraa. Desde hace dos años auxilian gratuitamente a los heridos por los atentados y los coches bomba que golpean la capital. "Hubo días en los que llegaron 30 heridos, los hemos ubicado incluso en los pasillos, haciendo por todos lo que podíamos, médicos, enfermeras y religiosas", dijo la Directora, sor Annamaria Scarsella, al periodista enviado por la ANSA, Alberto Zanconato.

El hospital, un edificio antiguo, pero ordenado, con 55 camas y 70 médicos operativos, fue fundado en 1913 por el egiptólogo Ernesto Schiaparelli. "Este año es el centenario del hospital - dice sor Widad Abiad, FMA Siria. Durante la Segunda Guerra Mundial fue ocupado por los británicos, y se quedó solo una religiosa para cuidarlo. Luego, la actividad se reanudó", explica mientras que en el fondo viene el eco de fuego de mortero.

El hospital es ahora un punto de referencia para la población, en la tormenta que sacude la capital. Así como el cercano oratorio y al centro catequístico de los Salesianos, frecuentado por 200 niños y 300 jóvenes, que también supervisa la distribución de alimentos a las familias necesitadas, realiza actividades de ayuda psicológica y cursos de formación y tutoría escolar. "Acogemos jóvenes cristianos de todos los ritos", subraya el padre Alejandro José León, SDB, misionero de 34 años proveniente de Venezuela.

"Las familias necesitadas en nuestra comunidad son muchas - dice el padre León - Muchos empleados en el turismo o en las embajadas europeas que han cerrado y han perdido el trabajo. Todo esto se suma a los peligros diarios. La mayoría de los niños provienen de los barrios populares, y en particular Dweila y Jaramana. Todos los días tenemos que evaluar los riesgos y decidir si enviar o no los buses a buscarlos. Sucedió una vez que proyectiles de mortero cayeron por delante y por detrás de un transporte nuestro lleno de niños".

"Todos han sido tocados por la guerra - dice el padre León - Quienes han tenido un primo asesinado, un amigo, un vecino. En esta situación están los que dicen: "Si Dios existe, ‘¿cómo puede permitir esto?’. Pero otros, que antes venían al oratorio solo para jugar, ahora me dicen: ‘Abu, ya entendí, no hay nada más que Dios’. Entre nuestros jóvenes hay un nuevo florecimiento de la fe, hay un retorno de vida Evangélica".

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